Es el final de un viaje a Japón, me encuentro en Tokyo en el Mercado de Pescado de Tsukiji. Este país sigue sorprendiéndome a pesar de llevar ya muchos días en él. La visita a la lonja de pescado es impresionante, por un lado de frenética actividad de transporte de los grandes atunes y demás pescados y por el otro el sosiego al realizar el corte de las piezas, como si de una valiosa escultura se tratara.